Padres y alumnos de la escuela de Billinghurst aseguraron que una adolescente fue interceptada por un sujeto a la salida del establecimiento. La chica se desvaneció luego de sentir un olor ácido y nauseabundo. Sus compañeros lograron rescatarla.
Un grupo de padres de alumnos del nivel secundario del colegio La Salle de Billinghurst se convocó en el establecimiento luego de que una adolescente fuera atacada por un sujeto, aparentemente con una sustancia similar a la burundanga.
El desconocido se abalanzó sobre ella cuando se retiraba de la escuela y la chica perdió el conocimiento a los pocos segundos, luego de haber sentido un olor ácido y nauseabundo. Afortunadamente, llegó a ser rescatada por un grupo de compañeros y el individuo no pudo continuar con su plan.
El último jueves, una alumna que cursa quinto año se retiraba del colegio La Salle, situado en avenida Eva Perón al 3200, alrededor de las 12 del mediodía, como lo hace habitualmente. Sin embargo, a diferencia de cualquier otro día, en aquella oportunidad, “cuando había caminado 40 metros, vio que había un hombre que estaba a la altura del jardín de infantes, que de repente se le puso de frente”, comenzó a relatar Jorgelina, mamá de la víctima, a Crónica.
Posteriormente “mi hija intentó esquivarlo, pero esta persona se le tiró encima, dando vuelta su cara, después de lo cual ella empezó a sentir un olor ácido, desagradable”. En ese instante, “empezó a correr para la puerta del colegio y cuando intentó subir las escaleras, ya se le había nublado la vista”. “Entonces la ayudaron unos compañeros”, agregó la mamá de la alumna.
Finalmente, las autoridades escolares se dirigieron a la calle y la ingresaron al recinto, desvaneciéndose la adolescente en la sala de preceptoría. Al día siguiente, la madre de la menor acosada y un grupo de padres se hicieron presentes en el establecimiento educativo para exigir respuestas en materia de seguridad.
No obstante, el mensaje dirigido por la dirección escolar fue que “no nos podemos hacer cargo de lo que pasa alrededor”. Sin embargo, Jorgelina señaló que “no fue en las cercanías, sino en la misma puerta, pero se lavan las manos de todos lados”.
La referencia de la madre da cuenta de las trabas burocráticas que autoridades policiales y educativas del La Salle impusieron para poner en marcha las medidas de prevención exigidas por los padres. Al respecto, la mamá de la adolescente reveló que “la policía no le envía al papá de mi hija la denuncia, para que él la presente en la escuela, como se lo exigen para certificar el hecho y después tomar cartas en el asunto”.
En tanto, si bien hubo custodia policial durante la convocatoria, horas después del mediodía, mientras un grupo de alumnos concluía su jornada de clases, no se registraba presencia de las fuerzas de seguridad. Por su parte, la denunciante reconoció que “mi hija tiene miedo, principalmente de volverse a cruzar a este tipo”. “Va de la mano conmigo al colegio, eso no puede seguir pasando”, concluyó.
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