El intendente Ariel Sujarchuk supervisó las obras que se ejecutan en el cementerio de Belén de Escobar, donde con fondos propios se construye la primera sala velatoria municipal de la localidad y un crematorio, el primero en la historia del distrito.
«Somos una gestión municipal que siempre estamos al lado de nuestros vecinos, en especial en esos momentos de mayor dolor. Por eso trabajamos en un espacio público muy importante como el cementerio, donde las familias dan el último adiós a sus seres queridos. Una despedida digna es un derecho que debe estar al alcance de todos», enfatizó Sujarchuk tras la recorrida por el predio de Mateo Gelves y Donatelli.
La sala velatoria tendrá 80 metros cuadrados de superficie y estará integrada por una pequeña capilla, una sala de estar, una oficina administrativa y sanitarios. Este nuevo espacio se suma a los ya existentes en Garín y Maquinista Savio, donde la Municipalidad también construyó lugares apropiados para que las familias escobarenses, en especial las de menores recursos, accedan a despedir a sus seres queridos en un ámbito más acogedor.
Al mismo tiempo que la sala velatoria, atendiendo la gran demanda de deudos que deciden preservar las cenizas de sus seres queridos, se realiza el primer crematorio del distrito, que consta de un espacio de 210 metros cuadrados y tendrá dos hornos incineradores. La finalización de ambas obras está prevista entre fines de mayo y principios de junio.
«En esos momentos tan difíciles de la economía argentina, nuestros ciudadanos tendrán esta opción de honrar la vida, tanto la del que se fue como la de los que se quedan, con mucho dolor, pero con la conciencia tranquila de que realizaron una despedida digna», finalizó el intendente de Escobar.
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