El presidente encabezó un homenaje a los fallecidos por el coronavirus en la Argentina: «No los olvidaremos nunca»

El presidente Alberto Fernández encabezó ayer al mediodía, junto a la primera dama, Fabiola Yañez, en el Centro Cultural Kirchner, una ceremonia en homenaje a los fallecidos por el coronavirus de la que participaron representantes de los diversos credos del país, de los trabajadores esenciales, de pueblos originarios y de la comunidad afroargentina, además de casi todos los gobernadores y el jefe de Gobierno porteño.

Acompañado por los gobernadores Raúl Jalil, de Catamarca; Jorge Capitanich, de Chaco; Gustavo Valdés, de Corrientes; Gustavo Bordet, de Entre Ríos; Sergio Ziliotto, de La Pampa; Rodolfo Suárez, de Mendoza; Axel Kicillof, de Buenos Aires; Mariano Arcioni, de Chubut; Gildo Insfrán, de Formosa; Gerardo Morales, de Jujuy; Ricardo Quintela, de La Rioja; Oscar Herrera Ahuad, de Misiones; Omar Gutiérrez, de Neuquén; Sergio Uñac, de San Juan; Alberto Rodríguez Saá, de San Luis; Omar Perotti, de Santa Fe; Gerardo Zamora, de Santiago del Estero; Gustavo Melella, de Tierra del Fuego; y Juan Manzur, de Tucumán; el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; y los vicegobernadores Manuel Calvo, de Córdoba; y Eugenio Quiroga, de Santa Cruz, el presidente sostuvo: «Nuestro homenaje será construir una Argentina unida y solidaria que cuide siempre la salud de sus habitantes».

«Estamos aquí en memoria de cada una de las personas que fueron víctimas fatales de la pandemia. Cada una de ellas tenía un nombre, una vida», afirmó el jefe de Estado en el inicio de su exposición.

«Esta es una ceremonia de recogimiento y reflexión. Con esta pandemia estamos presenciando un verdadero cataclisma que azota a la humanidad. Millones de personas fallecidas han conmocionado al mundo entero, así como nos interpelan en lo más profundo los casi 100 mil fallecidos en nuestro país», señaló.

Fernández indicó que «la pandemia abre un vacío, edifica un muro inmenso que nos impide abrazar a otros, vivir una parte de la vida», y aseguró: «A quienes se han ido en este tiempo doloroso no los olvidaremos nunca».

«En nombre de toda la sociedad argentina quiero expresar que es infinita nuestra gratitud con todos los trabajadores de la salud. Hacen un esfuerzo inmenso en la pandemia, trabajan sin pausa para salvar vidas», dijo, y agradeció también a «todos los trabajadores esenciales y a cada persona que trabaja para traer y aplicar vacunas».

«Lo mejor que podemos hacer como sociedad es que tanto pesar se vuelva fuerza para construir el futuro de nuestro país, con diversidad y sin divisiones irreconciliables. Cuidémonos entre todos y todas, juntos y juntas derrotaremos a la pandemia», exhortó Fernández.

Y concluyó: «Cuidar, recuperar, reconstruir; así podremos mirar el futuro con memoria y también con esperanza».

En el inicio de la ceremonia, Susana Moncayo interpretó “Erbarme dich”, de «La pasión según San Mateo» de Johann Sebastian Bach, como homenaje a las víctimas fatales del coronavirus en el mundo entero, en el momento en que se encendieron 24 velas que representan a las personas fallecidas en cada una de las provincias argentinas y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En el transcurso del acto se leyeron los poemas “La meta”, de Hamlet Lima Quintana; «Océanos», de Juan Gelman; y algunos versos de «La canción resuena siempre», de Diana Bellesi; y Patricia Sosa y Lito Vitale interpretaron la canción «Nos veremos otra vez», de Serú Girán; y Nadia Szachniuk y Juan Falú, «Zamba para no morir».

En el final del acto, el presidente depositó una rosa blanca cerca de las velas como ofrenda, al igual que todas las personas presentes, con la canción Adiós Nonino, de Astor Piazzolla.

También asistieron el rabino Diego Vovchuk, director de Introducción al Judaísmo y Asistencia Rabínica del Seminario Rabínico Latinoamericano; la pastora Wilma Rommel, presidenta de la Iglesia Evangélica Luterana Unida; el sheij Abdelnawy Elhefnawy, imán de los Musulmanes en la Argentina; el padre Máximo Jursinovic, representante de la Comisión de la Conferencia Episcopal Argentina; Crisóstomo Juan Gassalli, obispo de la Iglesia Siriana Ortodoxa de Antioquía- Arquidiócesis de Argentina; y el pastor Christian Hooft, vicepresidente primero de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina.

Concurrieron, asimismo, representantes de trabajadores esenciales, como médicos, operarios, científicos, cajeros de supermercado, supervisores de rampas del aeropuerto, docentes, de la Policía Federal, Bomberos, Cruz Roja, Gendarmería, Policíade Seguridad Aeropoirtuaria y de las fuerzas armadas; de pueblos originarios y de la comunidad afroargentina.

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