Ocurrió en el grow shop “Jardín Primitivo”. La semana pasada se presentaron inspectores y labraron un acta por la venta de un sustrato y luego el lunes, sin que nadie los viera, volvieron fuera de horario y sólo colocaron una faja.
El primer acto de abuso tuvo lugar el lunes 10 de enero, cuando un inspector de la Secretaría de Control y Ordenamiento Urbano se presentó en el grow shop “Jardín Primitivo” de la calle Muñoz 1539 del centro de San Miguel y labró un acta de clausura bajo el argumento de que en el local se vendía sustrato para cannabis, un producto de vivero que es totalmente legal y que además de esa planta puede ser utilizada para otras.
“Acá tenés para cannabis”, le dijo el funcionario de nombre Leandro, quien de forma altanera también dijo: “Tenés productos para eso, punto”. Luego, esta persona se limitó a no contestar las preguntas del dueño del negocio y a decir que no autorizaba ser filmado, en otra muestra de su ignorancia respecto de la ley.
Cabe destacar que “Jardín Primitivo” posee habilitación para trabajar como vivero, es decir para vender ese sustrato, el cual puede tener varios usos. Decir que no puede venderse porque es utilizado para cannabis es como no autorizar la venta de papel de cigarrillos para que no sean armados con marihuana.
Tras haber hablado con la jueza, el local volvió a abrir el lunes, pero la persecución del Municipio no había terminado. Tras quedarse pasada la noche dentro del lugar preparando los pedidos atrasados, dos mujeres -aparentemente funcionarias- se presentaron y colocaron una faja de clausura sin labrar un acta ni notificar la situación. En las cámaras de seguridad se puede ver como actúan de forma sospechosa, con miedo a ser vistas y arrojando papeles al suelo.
Este hecho ocurrió fuera del horario, y según le contó el dueño del comercio a Conurbano Digital, estas personas esperaron a que ellos se fueran para realizar el acto.
“Mientras ellos hacen estas maniobras cuasimafiosas nosotros nos estamos fundiendo”, dijo además. “Esto es una persecución para los usuarios que estamos inscriptos en la ley como autocultivadores medicinales o solidarios”, indicó.
El comerciante también aseguró que el secretario de Control y Ordenamiento Urbano, Mariano Calvente, le reconoció que se trata de una persecución y que no sabe quién dio la orden de clausurar el local, ya que él se encuentra de vacaciones.
Queda claro que el Municipio que dice defender a los comerciantes tiene un problema ideológico con aquellas personas que cultivan, y puede llegar realizar maniobras ilegales para no dejarlo trabajar. Una actitud muy de otra época.
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