Entraron a robar a su casa, lo ahorcaron con un cable y lo arrojaron a la pileta: El homicida fue detenido

Un hombre de 41 años fue asesinado ayer en la localidad de Boulogne, partido de San Isidro, cuando un ladrón que había entrado a robar a su casa lo ahorcó con un cable y lo arrojó a la pileta, informaron fuentes policiales. El autor del hecho fue detenido.

La principal hipótesis de los investigadores es que la víctima, identificada como Federico Sáenz, en algún momento del asalto se trabó en lucha con el delincuente y éste lo estranguló con un cable HDMI y lo tiró a la pileta, donde terminó de morir ahogado.

El hecho, en el que hay un detenido, ocurrió a las 11:50 en una vivienda ubicada en la calle Aguado 1251 de la mencionada localidad del partido de San Isidro, en el norte del conurbano.

Según las fuentes consultadas, todo comenzó cuando la pareja de Sáenz, una médica llamada María Laura Martínez, de 44 años, lavaba el auto en el patio delantero de la casa y un único ladrón saltó la reja de la propiedad y la abordó con fines de robo.

El asaltante agredió y amenazó a la mujer y logró quitarle las llaves de la casa, con las que entró a la propiedad y cerró la puerta con llave, dejando a la médica del lado de afuera.

La mujer vio cómo el delincuente golpeó también a Sáez, por lo que salió corriendo a la calle y le pidió al empleado de la garita de seguridad de la cuadra que llamara a la policía.

Siempre según las fuentes, cuando la médica regresó al frente de su casa, pero sin poder ingresar, pudo observar por las ventanas que el delincuente había dejado a su pareja atado y sentado en el jardín trasero y cuando siguió pidiendo auxilio, el ladrón apareció para pegarle una trompada en la cara.

Los voceros explicaron que la pareja no tiene hijos, pero sí estaban en la casa dos sobrinas de 8 y 11 años, a quienes, según lo que contaron luego las niñas, el ladrón también amenazó y les dijo que se quedaran encerradas en su cuarto porque quería “robar una bicicleta”.

Al lugar llegaron móviles de la comisaría tercera de Boulogne y del patrullaje municipal de San Isidro, quienes guiados por la médica lograron ingresar a la vivienda por una puerta trasera y allí se encontraron con el sospechoso en la cocina, quien tenía una cuchilla de la casa en la cintura.

El delincuente fue reducido y detenido por los primeros policías en ingresar, mientras que otros efectivos empezaron a recorrer todos los ambientes de la casa, pero no encontraban a Sáenz.

La víctima finalmente fue hallada inconsciente en el fondo de la pileta que la familia tiene en el jardín trasero.

“Lo sacaron del agua y tenía dos vueltas de un cable HDMI rodeándole el cuello. De inmediato le hicieron maniobras de RCP, pero no lo pudieron reanimar. Todo indica que estuvo varios minutos en el agua”, dijo a un investigador judicial.

La misma fuente aclaró que Sáenz había logrado desatarse las manos y que el cable solo lo tenía amarrado al cuello.

El caso es investigado por la fiscal María Paula Hertrig, de la Unidad Funcional de Instrucción de Boulogne, quien se hizo presente en la escena del crimen para dar las primeras directivas de la investigación, entrevistar a algunos testigos y supervisar la labor de los peritos.

El cuerpo de Sáenz fue trasladado a la morgue que funciona en el Hospital de San Fernando, donde se espera que hoy le realicen la autopsia.

“Lo que concluyan los forenses será clave para saber si el hombre fue estrangulado con el cable y arrojado muerto a la pileta, o si en realidad se terminó ahogando bajo el agua”, señaló una de las fuentes del caso.

El sospechoso detenido fue identificado como Mauricio Nahuel Fernández, de 30 años, quien dijo vivir en un asentamiento cercano, en la vecina localidad de Béccar, aunque su domicilio aún no había sido verificado.

Registros de cámaras de seguridad comunales revelaron que el autor del hecho, que actuó en solitario, llegó hasta la casa luego de haber cruzado la Panamericana a pie.

Fuentes judiciales indicaron que por más que la muerte haya sido un estrangulamiento con el cable o una asfixia por sumersión, la fiscal ya tiene decidido imputarle e indagar a Fernández por los delitos de “Robo y homicidio criminis causa”, es decir, cuando se mata para ocultar otro delito y lograr la impunidad, lo que prevé como única pena la prisión perpetua.

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