Así funcionan los protocolos de bioseguridad en los gimnasios de San Isidro

A un mes de la reapertura, propietarios y vecinos destacan la reactivación de la actividad, el buen funcionamiento de las medidas de higiene y seguridad que desarrolló el Municipio.

En el Sportclub, ubicado en avenida Fondo de la Legua 590, el ruido de las máquinas frena abruptamente y, casi de manera coreográfica, un grupo de 15 personas camina en fila hacia la salida del gimnasio. “Casi que lo tenemos ensayado”, bromea Roberto Merhe, gerente del establecimiento, mientras el personal comienza a desinfectar cada sector.

Hace un mes que esta secuencia se repite en los distintos gimnasios de San Isidro, tras la habilitación de la actividad, con un estricto protocolo de bioseguridad que desarrolló ad hoc el Municipio.

“Al igual que los propietarios y los vecinos, estamos muy satisfechos y felices de haber logrado un protocolo que permita funcionar a los gimnasios de manera segura. Esto es un trabajo en conjunto que, gracias a la responsabilidad y compromiso de todos, está funcionando a la perfección”, comenta el intendente Gustavo Posse, mientras observa el trabajo de desinfección del establecimiento.

Quien también camina el espacio es el secretario de Inspección, Registros Urbanos y Tránsito, Walter Pérez. “Desde el Municipio estamos en constante comunicación con propietarios y vecinos para asegurarnos de que todo se realice de forma correcta. Ya pasaron 30 días desde la reapertura, y los hechos nos demuestran que siguiendo las reglas, esta actividad puede funcionar sin ningún problema”, subraya.

Tras un poco más de 20 minutos, suficientes para que el personal sanitice nuevamente el lugar, un nuevo turno de entrenamiento está por comenzar y los pasos a seguir están detallados con carteles y señales en paredes y pisos: Las personas que ingresan al gimnasio deben desinfectar sus calzados en la puerta, tomarse la temperatura y desinfectarse con alcohol en gel. Una vez dentro, deben mantener una distancia mínima de 5 metros con otras personas, no pueden utilizar los vestuarios, y deben retirarse una vez finalizada la actividad física.

“Cuando digo que está ensayado no bromeo. El funcionamiento es súper ordenado y prolijo. Desde el primer día, la gente aceptó todas las medidas y eso no sólo nos permite desarrollar nuestra actividad sino también no tener ningún contagiado desde la reapertura”, afirma Merhe mientras despeja la zona para que un nuevo grupo comience a entrenar.

Protocolo para apertura de gimnasios

La normativa establece requisitos para los asistentes y para los gimnasios.

En el caso de los asistentes se establece que deben estar bajo la supervisión de un profesor o instructor; deben presentar un certificado médico de aptitud; no pueden realizar ninguna actividad física de contacto; y no pueden permanecer en el establecimiento ni usar los vestidores.

Para los gimnasios, el protocolo estipula, entre otras condiciones, que no se permitirán clases colectivas; deberán tener ventilación natural; podrán funcionar de lunes a viernes de 07 a 22, y los sábados, de 07 a 19, y no podrán funcionar domingos y feriados; deberán realizar una hora de corte para desinfección e higienización del lugar; se deberá hacer respetar el distanciamiento de 5 metros por persona; y los baños solo podrán usarse para su uso sanitario específico, y deberán ser sanitizados tras cada uso.

Asimismo, deberán completar en la web del Municipio un formulario en el que se solicita un croquis del lugar; el diagrama de funcionamiento; y los protocolo de higiene y seguridad propios.

También tendrán que respetar la capacidad máxima permitida por el Municipio en función de los metros cuadrados del lugar: Una persona cada 10 metros cuadrados en gimnasios con espacios al aire libre; una persona por cada 25 metros cuadrados en gimnasios con espacios cerrados con ventilación natural.

Habilitación para la apertura del establecimiento

Los gimnasios deben ingresar a la web municipal y solicitar la habilitación correspondiente, que se realiza llenando un formulario y adjuntando una documentación que luego verifica la Secretaría de Inspección, Registros Urbanos y Tránsito, en el lugar.

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