Cerro la pizzería El Inmortal y con ella se fueron miles de recuerdos, anécdotas, celebraciones, reencuentros y un montón de vivencias que desde hace muchas décadas la magia de su pizza única nos regalaba, con el característico saborcito a leña de su masa.
“La revolución de la alegría” que azota al país se transformó en tristeza para esta empresa familiar que supo luchar contra golpes, crisis, hiperinflaciones y corralitos.
Irónicamente, la pizzería El Inmortal dejo de existir, y el cambio terminó siendo un regreso a uno de los momentos más oscuros de nuestra historia.
Leonardo González y Sebastián Libonati
Proyecto San Martín
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