El gobierno admite el impacto del paro y habla de reabrir el diálogo

Sin transporte público, la medida de la CGT es la más contundente de la era Macri. La contundencia de la medida obligó al gobierno nacional a bajar el tono y admitir la posibilidad de reabrir un diálogo con la central obrera, quebrado tras las fallidas negociaciones de principios de mes cuando la Casa Rosada sólo aceptó que se negocie un 5 por ciento extra en las paritarias.

A diferencia de los anteriores dos paros nacionales durante la gestión de Mauricio Macri, donde muchos sindicatos hicieron un paro a medias o directamente no adhirieron, este lunes la CGT no mostró fisuras. Los únicos gremios que salieron a reivindicar que no sumaron al paro fueron los macristas de la UATRE y los propietarios de taxis.

“El paro ha tenido impacto en la Ciudad de Buenos Aires por el transporte público. Estamos dispuestos como gobierno a trabajar en relación a esos sectores que tienen más dificultades”, declaró esta mañana el ministro de Trabajo nacional, Jorge Triaca.

El funcionario reconoció también “las dificultades que están transitando algunos” sectores y, aunque insistió en las intenciones “políticas” de algunos dirigentes, fue algo más cauto que el domingo, cuando declaró que parte de los sindicalistas “buscan tensión social y la inestabilidad del gobierno”.

Ahora, en el gobierno parecen haber tomado nota del endurecimiento de algunos gremios importantes, como el líder de los colectiveros Roberto Fernández. “Esta vez nos chocamos contra una pared”, reconoció a la web La Política Online una fuente del Gobierno al tanto de las negociaciones.

Aunque la CGT no convocó a ninguna manifestación, sindicatos y partidos de izquierda sí movilizaron y en la mañana de este lunes cortaban los principales accesos a la Ciudad de Buenos Aires, aunque en algunos casos la Gendarmería les impidió cortar las vías principales.

A su vez, a raíz de la medida de fuerza, en los municipios de la Provincia varios servicios e instituciones permanecieron cerradas, como hospitales y escuelas. El nulo tránsito de colectivos y trenes hizo que las calles parezcan vacías, y provocó que también muchos comercios bajen sus persianas.

Compartir