«Los argentinos decidimos terminar con la patota y la mentira. Esta obra es más importante que miles de discursos, que millones de palabras, que todas las teorías que podamos tener. Esto es progreso real», enfatizó esta mañana el presidente Mauricio Macri, al encabezar el acto de inauguración del Paseo del Bajo, junto al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal.
Se trata de un corredor vial de 7,1 kilómetros de longitud que cambiará para siempre el tránsito en el área metropolitana, al unir en forma directa el norte con el sur del conurbano.
El presidente destacó que la obra esperada por más de medio siglo desde que fue proyectada es el «producto del trabajo y la coordinación de miles de argentinos que trabajaron profesional y honestamente, con un estado y con un gobierno que quiere estar a la altura de una sociedad que quiere crecer».
«De eso se trata gobernar, de ayudar a crecer. Esto le empieza a cambiar un poquitito la vida a cientos de miles de personas todos los días. Y así es que vamos construyendo esa Argentina que soñamos», puntualizó Macri.
Apuntó que esta obra comenzó a planificarse hace 57 años. «Yo todavía no iba al jardín, Horacio no había nacido, menos María Eugenia y casi todos los que están acá», manifestó. «¿A dónde fue a parar el dinero de los argentinos durante tantas décadas?», remarcó el presidente, y del mismo modo preguntó qué es lo que hicieron los sucesivos gobiernos y cuáles fueron sus prioridades «si no encararon obras tan importantes como éstas en todo el país».
Dijo que «lo importante hoy es que estamos acá, que pudimos comprobar que podíamos, que podemos aspirar, trabajando juntos, a generar soluciones que nos ayuden a vivir mejor». «Lo logramos porque dijimos ‘basta’, basta obras que empiezan y nunca terminan, basta la mentira, basta la trampa, basta la corrupción», afirmó.
Sostuvo que los argentinos «decidimos apostar al trabajo, terminar con que los recursos de los argentinos terminen en manos de unos vivos que vuelan con bolsos por el aire».
«Decidimos terminar con todo eso, con la patota y con la mentira. ¿Y qué obtuvimos? Esto, que no es relato, porque este pavimento es real, está bien hecho y va a durar muchísimos años sin siquiera tener que mantenerlo», remarcó Macri acompañado también por los ministros de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich; y de Desarrollo Urbano y Transporte de la Ciudad, Franco Moccia; y el vicejefe porteño, Diego Santilli.
Recalcó que la obra cambiará la vida cotidiana «a mucha gente» porque los camiones que «vienen trayendo el trabajo argentino» al Puerto de Buenos Aires ahorrarán el tiempo que les quitaba, por ejemplo, los congestionamientos en el eje Madero – Huergo.
Del mismo modo mencionó el beneficio que les llevará a los usuarios de medios de transporte tanto urbanos como de micros de larga distancia que emplean como base la terminal de Retiro.
«Todo esto son millones de horas, que argentinos van a tener para poder progresar, crecer, aprender, capacitarse, o para cultivar los afectos. Horas que demuestran que recuperan libertad, libertad para elegir», puntualizó.
Enfatizó que «esto que hemos hecho es cambiar, dejar de darle la espalda a las cosas importantes que nos permiten crecer». «Es demostrarnos a nosotros mismos, todo lo que somos capaces de hacer, trabajando juntos», apuntó.
Remarcó que «de eso se trata el crecimiento de un pueblo, de una nación: de recuperar la autoestima, derrotar la resignación». «La esperanza le gana a la resignación. Y eso es lo que estamos construyendo cada vez que terminamos una obra como esta», añadió.
Señaló que «por suerte, está pasando en todo el país, porque un gran país, un enorme país como la Argentina, no puede crecer si no tiene energía, infraestructura» y si no tiene «transparencia».
En ese sentido, afirmó que la Argentina está en un proceso de crecimiento sostenido con «la revolución» de los puertos, aeropuertos, rutas, puentes y de la comunicación, así como de la energía con el desarrollo de las renovables y del yacimiento de Vaca Muerta.
«Nunca debimos resignarnos y nunca nos vamos a resignar, porque los argentinos podemos, sabemos cómo. Claro que cuesta, todas las cosas cuestan, pero hay que hacerlas, aunque no se vean», resaltó el presidente.
Recalcó que «tenemos que tener la generosidad de pensar en las generaciones que vienen, no sólo en lo nuestro, en nuestro futuro y en el de los que vienen y esperan de nosotros que les allanemos un camino, que les demos herramientas para crecer».
«Eso es lo que estamos construyendo, las bases y los cimientos sobre los cuales la Argentina va a crecer muchísimos años», aseveró.
En tanto, Rodríguez Larreta afirmó que el Paseo del Bajo es «trabajo argentino» y demuestra que «cuando hacemos las cosas bien, como nunca antes, podemos hacer obras de primer nivel mundial».
«Me queda la enorme ilusión y el gran optimismo de que se puede. Esta obra es una muestra más del cambio que está llevando adelante Mauricio en todo el país», añadió.
A su vez, Vidal señaló, que el Paseo del Bajo, así como la construcción del viaducto Mitre, el trazado del Metrobus y la reapertura del taller de Tolosa, en La Plata, entre otros cientos a lo largo del país, «son obras que esperaron décadas» y que hoy son una realidad.
«Todo para que cada argentino, cuando se levanta a la mañana a estudiar, a trabajar, a demostrar que su esfuerzo vale la pena, vea que otros argentinos están trabajando por él», subrayó, y destacó que las obras se hacen «con honestidad, con un esfuerzo continuado, sin mentiras, sin carteles, sin discurso, con mucho trabajo y mucha seriedad».
También participaron del acto el presidente de Ausa, Carlos Frugoni; el secretario de Trabajo de la Nación, Lucas Aparicio; el titular de la Administración de Bienes del Estado, Ramón Lanús; y el secretario de Gestión de Transporte de la Nación, Guillermo Krantzer.
La megaobra, cuya construcción comenzó en enero de 2017, demandó una inversión de 650 millones de dólares y generó más de 3500 puestos de trabajo.
Conecta el sur y el norte del conurbano bonaerense de manera rápida y segura y descongestiona el Microcentro, la Costanera y las avenidas 9 de Julio, Alem y Paseo Colón, además de aportar nuevos espacios verdes.
Une las autopistas 25 de Mayo, Buenos Aires-La Plata e Illia y facilita los accesos al Puerto de Buenos Aires y a la terminal de ómnibus de Retiro.
Beneficia diariamente a un total de 135 mil usuarios de vehículos, divididos en unos 15 mil de camiones, 28 mil pasajeros de micros de larga distancia y más de 91 mil personas que se movilizan en autos particulares.
Desde la calle Brasil hasta el peaje de Retiro de la Illia, cuenta con 12 carriles, 4 de ellos subterráneos exclusivos para camiones y micros de larga distancia.
Los otros 8 corresponden al Par Vial en superficie, para uso de vehículos livianos y transporte público de pasajeros, 4 con sentido norte sobre Moreau de Justo y 4 hacia el sur sobre Huergo.
El tramo soterrado funciona con TelePase mediante pórticos con lectores de patentes que están ubicados a la altura de la avenida Independencia, que habilita el cobro automático y registra los vehículos.
Al no haber barreras, el tránsito pesado tardará 12 minutos en recorrerlo de punta a punta, algo que hasta ahora demandaba 47, mientras que en auto se demorará 33 minutos, 14 menos que antes.
En ese contexto, el lunes de la semana pasada quedó habilitado el Parque del Bajo, un espacio verde de 13,6 hectáreas que se extiende entre las avenidas Belgrano y Corrientes -eje Sur-Norte- y Paseo Colón y Huergo/Madero -eje Este-Oeste- y que recupera una superficie de 10,2 hectáreas para que la gente lo pueda utilizar.
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