El presidente Alberto Fernández aseguró ayer que «no hay mejor inversión en la sociedad del presente que la inversión en educación». Lo hizo al lanzar, en el Museo del Bicentenario de Casa Rosada, la segunda etapa del Programa Nacional de Infraestructura Universitaria, que contempla una inversión total de 33 mil 274 millones de pesos para la realización de 75 nuevas obras en universidades ubicadas en las 24 jurisdicciones del país.
«Que nosotros sigamos desarrollando infraestructura en universidades es la mejor inversión que podemos hacer, porque estamos invirtiendo en el futuro y porque nada nos va a hacer más ricos que tener generaciones de argentinos que desarrollen el conocimiento, que puedan investigar y desarrollar la ciencia y la tecnología», afirmó.
El mandatario estuvo acompañado por los ministros de Educación, Jaime Perczyk; y de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, además de por las rectoras de la Universidad Nacional de Misiones, Alicia Bohren; y de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Lidia Blanco.
«Cuando toca hacer frente de las deudas, siempre dijimos que no es a costa de ajuste sobre la salud pública, sobre la educación y menos sobre la ciencia y la tecnología. Estamos dando un paso en ese sentido. Nos dejaron sin presupuesto, lo que no nos dejaron es sin decisión política», enfatizó.
También expresó que «la Argentina, que ha tenido el enorme privilegio de desarrollar la educación pública como la desarrolló, no puede quedar atrás, no puede desaprovechar el potencial que ha logrado fortaleciendo a lo largo de los años la educación pública y que hoy le permite tener universidades de excelencia».
Perczyk destacó que en el marco del programa «hay obras en todas las universidades que presentaron proyectos, sin discriminar y en todas las regiones, con los criterios de aulas, porque la idea es que haya más estudiantes y con mejores condiciones; laboratorios, porque hay universidades que no tienen y para que los estudiantes hagan investigación, y el tercero es bibliotecas, ya que hay universidades y facultades que no tienen bibliotecas y es algo central para el funcionamiento de una universidad».
Katopodis recordó que el primer tramo del programa se definió «en el medio de la peor tragedia sanitaria de la Argentina», en el que «las universidades le pusieron el cuerpo de distintas maneras a un momento muy delicado»; y consideró que «en este segundo tramo las obras se dan en otro momento de la Argentina, esta inversión reafirma el sentido y la prioridad de la educación en nuestro gobierno y marca el momento bisagra en el que estamos, definiendo qué tipo de desarrollo necesita nuestro país».
Bohren, por su parte, consideró que el «anuncio es tan importante para nuestras universidades porque todas estamos creciendo, nos estamos desarrollando, la demanda de infraestructura es muy importante, y cada universidad está aportando al desarrollo local y regional». Además, valoró el «acompañamiento del Estado nacional durante la pandemia con recursos» para las distintas universidades.
Los proyectos del Programa Nacional de Infraestructura Universitaria, que benefician a 1,5 millones de estudiantes y docentes, son ejecutados con fondos de Obras Públicas en articulación con la Secretaría de Políticas Universitarias y recibe un financiamiento mixto con recursos del Banco de Desarrollo de América Latina y del Tesoro Nacional.
Además, en el acto quedó inaugurado el nuevo edificio anexo de la Facultad de Filosofía y Letras, que posee 6575 metros cuadrados, se encuentra en el barrio porteño de Caballito y beneficiará a unos 8500 estudiantes que cursan las diversas carreras de la casa de estudios.
La obra cuenta con una planta baja, conformada por un patio descubierto, sectores de servicios, comedor, mini auditorio y depósitos, 9 pisos compuestos por aulas, institutos de investigación con sus respectivos sectores de servicios y circulación, una biblioteca, una guardería, un Salón de Usos Múltiples y una terraza descubierta.
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