Privados de libertad produjeron y donaron cuatro mil tapabocas y mil camisolines al Padre Pepe para el Hospital Belgrano

Con el objetivo de ayudar a afrontar la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus, privados de libertad de la Unidad 48 San Martín del Servicio Penitenciario Bonaerense confeccionaron y donaron 4 mil tapabocas y mil camisolines que a través del Padre Pepe fueron destinados al Hospital Belgrano de ese partido del conurbano norte.

La entrega de la producción se llevó a cabo en las instalaciones del penal en el marco del programa “Más trabajo, menos reincidencia”, impulsado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, por el cual los internos se forman en oficios, realizan tareas laborales y colaboran con la comunidad.

Bajo las medidas que establece el protocolo de coronavirus, el evento contó con la presencia del cura José María Di Paola, más conocido como el Padre Pepe; el subdirector general de Trabajo Penitenciario, Pablo Gascue; el jefe de Complejo Penitenciario San Martín, Luis Benítez; y el director de la Unidad 48, Cristian Aristegui, entre otras autoridades, además de los internos que realizaron esta experiencia solidaria.

Durante el encuentro, el religioso -que se encargó de acercar la donación al nosocomio- entregó además unos diplomas de agradecimiento y reconocimiento a las personas privadas de libertad por su labor.

La iniciativa surge del curso de costura que se desarrolla en esa cárcel donde participan quince personas que desde los inicios de la pandemia se encuentran abocadas a la fabricación de estos elementos de bioseguridad para donarlos a los sectores más necesitados como vecinos de barrios carenciados, comedores y hospitales de la zona.

En este espacio, que funciona de lunes a viernes y está coordinado por Carlos, uno de los internos, y el grupo aplica lo aprendido sobre el uso de máquinas de coser, realiza tareas de corte y confección, armado y empaquetado de tapabocas en talles para niños y adultos y camisolines hospitalarios, en una actividad que cuenta con la colaboración de la fundación del Padre Pepe.

Es parte de las capacitaciones que se promueven desde la Subdirección General de Trabajo y desde la Dirección General de Asistencia y Tratamiento del Servicio Penitenciario Bonaerense, con el fin de brindar herramientas a los internos para su inclusión social y que puedan capitalizar así su tiempo de detención en una tarea que implica un servicio a la comunidad.

Juegos didácticos para un centro educativo

Una nueva experiencia solidaria se llevó adelante en la Unidad 47 del partido de San Martín de la mano de un grupo de privados de libertad que elaboró una serie de juegos didácticos para donar a los niños, niñas y adolescentes del Centro Educativo Complementario 801 de la localidad bonaerense de General Alvear.

La iniciativa surgió de los internos en el marco de las tareas que desarrollan en servicio a la comunidad, junto al personal de la sección talleres y del área de formación técnica y oficios de esa cárcel dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense.

Se trata de la fabricación con madera reciclada de juegos de Ta-te-ti, Memoria, Conteo y Encastre, entre otros, con terminación de pintura en diversos colores.

El jueves pasado se realizó la entrega de los materiales didácticos, a cargo del jefe de Talleres del penal, José Torres, quien es oriundo de General Alvear, quien promovió la donación y la llevó a la mencionada institución educativa.

María Guillermina Posse, directora del Centro Educativo Complementario 801 recibió los 10 juegos didácticos que serán utilizados por los niños, niñas y adolescentes que conforman la matrícula del establecimiento.

Las autoridades de la Unidad 47 destacaron el trabajo en conjunto, a partir de la idea de realizar juguetes didácticos para donación originada en principio por los internos Pablo y Fidel, con ayuda del interno Mariano, que les enseñó los modelos de juegos. En total, participaron de esta producción cinco internos que se desempeñan en este espacio de la sección talleres, con el objetivo de que esta actividad pueda seguir creciendo.

“Es una gran satisfacción saber que se puede ayudar de esta manera a los más chicos y esta es una forma de colaborar y también apoyar el trabajo solidario de los internos que participaron de la confección de los juegos”, destacó la directora de Unidad 47, María Dora Parra.

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