Anoche, mis hijas Coni y Lula, después de las 2 de la mañana, luego de haber compartido una hermosa cena de Navidad en familia, arreglaron con sus amistades para ir a la Plaza Alem.
Cuando llegaron se encontraron con un montón de policías, imagino municipales, no dejando entrar a los autos, ordenándoles que bajen la música a los autos que habían podido ingresar, y requisando a cada chica o chico que quería disfrutar sanamente junto a sus amistades.
Si la Policía va a molestar e incomodar a miles de nuestros jóvenes que se quieren divertir, por la denuncia de algún vecino que sufre viendo a nuestros adolescentes y jóvenes divertirse, estamos al horno.
Se me ocurre una idea, porque no van a buscar a los chorros y a los narcos, que en todos los barrios todos sabemos quiénes son y dónde venden la droga que tanto daño e inseguridad generan en todo nuestro partido de General San Martín.
O se me ocurre una idea aún mejor, porque no van en Año Nuevo, los dejan disfrutar y divertirse tranquilos, y de paso los cuidan.
Yo me quede en casa esperando, hasta casi las 7 que volvieron mis hijas. No pude pegar un ojo.
Sueño con que podamos construir todos juntos una comunidad donde nuestros jóvenes se puedan divertir tranquilos y en paz, sin que nadie los moleste, y además sean cuidados por nuestro Municipio. Que no solo haya policías, quiero también ambulancias, médicos y equipos de psicólogos, pero que no los molesten, que solo estén ahí para cuidarlos.
Y cómo padres y madres, también nos merecemos poder dormir tranquilos, cuando nuestros hijos salen a disfrutar de la vida y de su divino tesoro, la juventud.
Sebastián Libonati – Proyecto San Martín
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